Primera incidencia de un coral blando exótico de la familia Xeniidae en el Caribe; invasión en comunidades coralinas del noreste de Venezuela.

Primera incidencia de un coral blando exótico de la familia Xeniidae en el Caribe; invasión en comunidades coralinas del noreste de Venezuela.

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Arrecife coralino invadido por el coral blando exotico (Xeniidae). Valle Seco 2014. Foto: Humberto Ramírez Nahím

J. P. Ruiz Allais, Fundación Costa de Venezuela, Dirección Científica, Caracas, Venezuela.
 M. E. Amaro, Laboratorio de Bentos, Instituto Oceanográfico de Venezuela, Universidad de Oriente, Cumana, Venezuela.
 C. S. McFadden, Department of Biology, Harvey Mudd College, Claremont, CA 91711, USA.
 A. Hala´sz [1] Y. Benayahu (&), Department of Zoology, Faculty of Life Sciences, Tel Aviv University, Ramat Aviv, 69978 Tel Aviv, Israel.

 Los Octocorales de la familia Xeniidae (Ehrenberg, 1828) constituyen un componente abundante de muchos arrecifes coralinos del Indo-Pacifico. Numerosos xenidos son pioneros efímeros con rápidas tasas de crecimiento, alta fecundidad y una gran capacidad de reproducción vegetativa (Benayahu and Loya 1985). Existe amplia evidencia de que xenidos oportunistas están colonizando sustratos arrecifales degradados (Tilot et al. 2008) transformándose en un elemento muy relevante en los procesos ecológicos de los arrecifes coralinos, afectando su colonización, restauración y función.

Detalle de los pólipos

Un coral blando (Xeniidae) invasivo con  cercanas afinidades genéticas con Xenia membranacea  (Schenk, 1896) de Indonesia (C.S. McFadden pers comm.) fue encontrado por primera vez en 2007 en las costas de la población de Valle Seco (noreste de Venezuela, 10 14.6 N; 64 31.70 W). En ese momento se observó una colonia solitaria creciendo sobre coral muerto y posteriormente sobre sustrato degradado, arena y desperdicios. Desde entonces, el coral ha incrementado su abundancia dispersándose  varios kilómetros fuera de la Bahía de Conoma e Isla de Mono (zonas donde fue introducido originalmente) ocupando un promedio  del 20% del sustrato. Este coral blando se encuentra en hábitats bien iluminados (0,5 – 4m), tanto en sustratos blandos como duros, inclusive coloniza desperdicios introducidos. Su abundancia disminuye durante la época de lluvia. Crece sobre corales pétreos (escleractíneos) como: Colpophyllia natans, Diploria strigosa, Orbicella annularis, Montastraea cavernosa y el  hidrocoral Millepora alcicornis este último, el componente principal en estas comunidades coralinas (ver fotos). La biodiversidad en estos lugares se ha deteriorado principalmente debido a la reducción de la cobertura de corales pétreos vivos.

 El actual hallazgo constituye  el primer reporte de un coral blando invasivo de la familia Xeniidae y su expansión más allá de la región del Indo-Pacifico. Esta especie aparentemente fue introducida ilegalmente en Venezuela e intencionalmente sembrada para su propagación y comercialización en el mercado del aquarismo. Hasta los momentos no se han hecho intentos por eliminar el coral invasor. Las consecuencias ecológicas de la invasión, así como su dispersión espacial y  temporal, indudablemente deben ser monitoreadas cuidadosamente.

 Nota editorial:

 En los actuales momentos el coral blando ha sido detectado fuera de la bahía de Conoma e Isla de Mono (lugares originales de introducción) hacia el este del parque nacional Mochima (Isla de Arapo) y hacia el oeste en la bahía de Pertigalete (Isla Volcadero y Playa Puerto Cruz). Se han conseguido  parches coralinos que están tapizados en un 100 %  por el coral invasor. Existe información (por confirmar) de que la especie se encuentra asentada  en otras áreas del Parque Nacional Mochima y  del Golfo de Cariaco. La principal forma de dispersión parece ser  a través de las redes de pesca tipo chinchorro. Las redes son utilizadas en diversos puntos  de pesca y transportan los pólipos del coral blando que quedan enredados en la malla  de un lugar a otro. Debido a esto, la dispersión ha sido muy rápida y su crecimiento y expansión explosivos.  La destrucción de las comunidades coralinas ha tenido serias repercusiones sobre las poblaciones de peces y organismos  bentónicos asociados  a este ecosistema, incluso las pradera de pastos marinos (Thalassia testudinum) han sido afectadas. Los pescadores de la zona reportan una  disminución drástica de las capturas y muchas dificultades para faenar en las áreas invadidas por esta especie exótica.

 El trabajo de investigación continúa  desarrollándose y profundizándose actualmente. El equipo de Costa de Venezuela, conjuntamente con la valiosa  colaboración del Dr. Benayahu (Department of Zoology, Tel Aviv University, Israel) y de la Dra. MacFadden (Department of Biology, Harvey Mudd College,  USA) sigue monitoreando y cuantificando el impacto de la invasión en las áreas afectadas (próximamente se darán a conocer los resultados de este trabajo en una nueva publicación).

  Referencia

 Ruiz-Allais, J.P., Amaro, E., Macfadden, C., Halasz, A. & Benayahu, Y. 2014. The first incidence of an alien soft coral of the family Xeniidae in the Caribbean, an invasion in eastern Venezuelan coral communities. Coral reefs (2014).

 http://link.springer.com/article/10.1007/s00338-013-1122-1