El Ecoturismo y los Arrecifes Artificiales
El ferry Santa Ana de Conferry se incendió en la bahía de Charagato, Isla de Cubagua, Estado Nueva Esparta en el año 1980, hoy en día los restos de automóviles y camiones conforman un escenario para el turismo subacuatico. Foto: Humberto Ramírez Nahim
Las experiencias en torno al hundimiento al azar de estructuras en el mar para la creación de arrecifes artificiales, dejan claro que si bien, no son necesariamente un beneficio para el sector, ni desde el punto turístico ni ecológico, un acertado estudio de mercado, previo a la implementación de estos arrecifes, si garantiza la utilidad de los mismos como agentes potenciadores del turismo subacuatico para las regiones que tengan esta vocación, uno de los puntos a considerar es el interés que despiertan estos arrecifes en zonas que propician un turismo ecológico importante y que bajan los costos de operación, tanto para los operadores como para los visitantes, haciendo de estos lugares verdaderas alternativas de alta calidad recreativa, a inmersiones mucho mas costosas y a veces inalcanzables para la mayoría de los públicos (Ej. Los Roques, La Blanquilla, Los Testigos), reservadas para un turismo de alto poder adquisitivo.Fotos: Humberto Ramírez Nahim
Fotos: Humberto Ramírez Nahim
El Parque Nacional Mochima con un gran potencial para el desarrollo de los arrecifes artificiales y específicamente para las estructuras de gran tamaño por la conformación batimétrica de sus fondos, ya que presenta muchas áreas planas y arenosas, ayudaría a fomentar este turismo a través del publico cautivo que allí permanece normalmente, también el desarrollo de una actividad turística sana generaría nuevas fuentes de trabajo a lancheros y pescadores a fin de retirar parte de la enorme presión pesquera que soporta el parque y que es evidente en la empobrecida biodiversidad que presentan sus fondos. Estas estructuras darían una protección adicional haciendo de arrecifes disuasivos con el objetivo de frenar la sobreexplotación, degradación de hábitats y la pérdida concomitante de especies (destrucción de ecosistemas), esto, ante la imposibilidad de hacer cumplir las normativas de conservación ecológica mínimas a algunos sectores que persisten en las malas practicas pesqueras (arrastre artesanal). Esta acción podría cambiar por completo la vocación del parque transformándolo en un emporio del turismo submarino, ya que sus sistemas de bahías y caletas garantizan un uso casi que in-interrumpido a través del año entero, puesto que gran parte de la zona generalmente esta exenta de las grandes turbulencias climáticas que padece el corredor central del Mar Caribe.
No hay que omitir tampoco la vocación que para el turismo ecológico tienen las costas de Vargas y Aragua, que por su fácil acceso, hoy por hoy representan emporios del turismo subacuatico, por ejemplo “Chichiriviche de la Costa”, con un desarrollo e ingresos a la vista por este concepto, que hacen del lugar un punto de prosperidad y desarrollo para los lugareños, ofreciendo probablemente una de las mejores y mas económicas experiencias de buceo de Venezuela y que sin duda aplica a una implementación de proyectos de “embarcaciones para arrecifes” con el fin de mejorar la calidad de la experiencia subacuatica y quizás también retirar algo de la presión natural que acarrea un turismo de aventura creciente sobre los arrecifes naturales que allí se encuentran.
Cualquier análisis somero de lugares como estos, arroja como resultado una muy buena perspectiva de desarrollo sostenible para operadoras de buceo, pescadores, lancheros, posadas, expendios de alimentos y otros participantes del factor económico; todo bajo los parámetros de un turismo netamente ecológico y por tanto sustentable en el tiempo.
Definición de Ecoturismo:
La Unión Mundial para la Naturaleza adopta esta definición de ecoturismo (IUCN):
“Viajes ambientalmente responsables a las áreas naturales, con el fin de disfrutar y apreciar la naturaleza (y cualquier elemento cultural, tanto pasado como presente), que promueva la conservación, produzca un bajo impacto de los visitantes y proporcione la activa participación socioeconómica de la población local.”
Hoy día, la mayor parte del turismo que se lleva a cabo en áreas naturales no constituye ecoturismo y, por consiguiente, no es sostenible. El ecoturismo se distingue del simple turismo de naturaleza por su énfasis en la conservación, la educación, la responsabilidad del viajero y la participación activa de la comunidad. Concretamente, el ecoturismo se caracteriza por estos rasgos:
- Comportamiento del visitante que es consciente y de bajo impacto,
- Sensibilidad y aprecio con respecto a las culturas locales y a la diversidad biológica.
- Respaldo a los esfuerzos locales de conservación.
- Beneficios sostenibles para las comunidades locales.
- participación local en la toma de decisiones.
- Componentes educacionales para el viajero y para las comunidades locales.
Referencia:
The International Ecotourism Society (TIES)