Algunos aspectos ecológicos de las aves playeras migratorias.
Tigüi tigüi chico: Tringa flavipes, migrante de la region neártica, Isla La Tortuga.
Las aves playeras constituyen uno de los grupos de animales con mayor índice de migración conocidos por la ciencia. Treinta y seis de las 49 especies de aves acuáticas que se reproducen en Norteamérica pasan el invierno septentrional en Latinoamérica. Se cuentan por millones las aves que cada año emprenden el viaje entre el lugar donde se reproducen y aquel donde pasan el invierno. En primavera vuelan rumbo al norte a los habitáis del ártico. En otoño se dirigen al sur hacia el hábitat de humedales, pastizales y playas repartidas a lo largo de Centro y Sudamérica. La migración durante el verano y el invierno implica rigores físicos extremos. En el caso de algunas de las especies de aves playeras, el viaje de ida y vuelta supone más de 30,000 kilómetros. Semejantes distancias requieren de gran preparación física. Tras la temporada de reproducción, y antes de partir rumbo al sur, las aves pueden acumular hasta un 50% de su peso normal en reservas de grasa. Aún así, en el caso de muchas especies, la energía requerida para llegar al destino superará con creces esta cantidad. Por consiguiente, usualmente se cubrirán las distancias en varios vuelos largos sin paradas, separados por períodos de descanso y de re-abastecimiento (1).
Playero Semipalmado (Charadrius semipalmatus) migrante de la Región Neártica. Chichiriviche de la Costa, Estado Vargas. Fotos : Alfredo Allais
La mayoría de las aves playeras están asociadas con estuarios y humedales de agua dulce en donde se alimentan de invertebrados extraídos del fango o de superficies expuestas. Las diferentes longitudes del pico le permiten a las diversas especies alimentarse en el mismo hábitat sin competir por el alimento. Muchas tienen un nervio sensitivo en el extremo del pico lo que les permite detectar presas escondidas en el fango o en suelos blandos. En general, estas aves tienen un bajo potencial reproductivo, ponen cuatro o menos huevos y algunas especies, en muy raras ocasiones, anidan dos veces. Los huevos y polluelos son frecuentemente depredados lo cual también afecta su potencial reproductivo. Durante la migración, se concentran y dependen de unos pocos lugares de parada para reabastecerse. Como resultado las aves playeras son vulnerables a los cambios en calidad y cantidad en los hábitat que frecuentan (2).
Durante la migración, las aves playeras forman agregaciones multiespecificas muy densas y relativamente uniformes en habitat litorales marinos limitados. La cantidad de espacios de alimentación en las zonas frecuentadas fluctúan ampliamente con los cambios diarios y estaciónales en el ritmo de las mareas. Las especies de aves playeras se solapan ampliamente durante sus periodos de máxima abundancia (distribuciones inter e intrahabitat) y al capturar presas para la alimentación. Sin embargo, la totalidad de las diferencias entre las especies y el carácter transitorio de las agrupaciones migratorias aparentemente minimizan las interacciones ínter-especificas que podrían resultar en exclusión competitiva. Las asombrosas densidades poblacionales y las diferencias en distribución son mas pronunciadas en las especies morfológicamente similares. El numero de especies e individuos que confluyen en un área está aparentemente determinado por la cantidad de espacio disponible para la alimentación y la diversidad física del habitat. Las condiciones ambientales durante la migración y las interacciones con otros individuos han sido evidentemente factores importantes en la evolución de las diferencias morfológicas y de comportamiento dentro de las especies de aves playeras. (3).
Playeros, Calidris sp., Parque Nacional Morrocoy, Estado Falcón.
Los patrones de comportamiento de las aves playeras migratorias difieren considerablemente cuando se encuentran en las zonas de reproducción. El carácter dinámico de la migración y la formación y mantenimiento de bandadas contrasta con la menor densidad de población en las áreas de reproducción y la ubicación fija de los nidos. La densidad de la población se incrementa enormemente durante la migración. Especies con diferentes rangos reproductivos, o provenientes de diferentes hábitats, se unen formando densas agregaciones multiespecificas que frecuentan zonas en los cuales todos los individuos forrajean y comparten al mismo plano horizontal. Interacciones agresivas entre las aves playeras pueden ser observadas tanto en las estaciones reproductivas como fuera de estas, sin embargo, ocurren por diferentes razones y tienen efectos muy diferentes. Durante la estación reproductiva, la agresión esta primariamente asociada con la territorialidad y el cortejo. Durante la migración, y en la zonas invernales, la agresión esta asociada con interacciones entre individuos forrajeros. La densidad de las agregaciones de forrajeros y la restricción al mismo plano horizontal crean situaciones en las cuales a algunas aves se les dificulta mantenerse separadas de los otros individuos que compiten por el alimento. Por esta razón, durante la época migratoria, son características las frecuentes y prolongadas interacciones agresivas dentro las agrupaciones forrajeras de las aves playeras (4).
Referencias
1– Watts B., Bradshaw D., Paxon B y Castillo A.2008. Ecología y conservación de las aves playeras migratorias en la parte alta de la bahía de Panamá. Biota Panamá. 5 diciembre 2011.
2– Washinton Department of Fish & Wildlife 5 dic.2011.http://wdfw.wa.gov/conservation/research/projects/shorebird/
3 – Recher H. 1966. Some Aspects of the Ecology of Migrant Shorebirds.Ecology.Vol. 47, No. 3, pp. 393-407.
4 – Recher H. and Recher J. 1969. Some Aspects of the Ecology of Migrant Shorebirds. II. Aggression. The Wilson Bulletin. Vol. 81, No. 2, pp. 140-154.
http://elibrary.unm.edu/sora/Wilson/v081n02/p0140-p0154.pdf
Traducción por “Costa de Venezuela”