Madre perla – ostra perla, Pinctada imbricata (Röding, 1798)

pinctada-imbricata
Foto: © Costa de Venezuela

Pinctada imbricata

Clasificación: Bivalvia | Pterioida | Pteriidae

Características: Especie de concha redondeada y frágil de colores variados, desde marrón a amarillo hasta el verde, interior nacarada, mide entre 50 y 80 mm.

Hábitat y distribución: Común en sustratos duros de aguas someras, forman densas poblaciones. Ocasionalmente se puede encontrar en praderas de Thalassia.

Referencia:

Colección del Museo del Mar.  Universidad de Oriente. Cumaná, Edo. Sucre, Venezuela.

Estractos del libro de Fernando Cervigón  “LA PERLA”,  Fondo Editorial Fondene, Exlibris 1997.

Las madreperlas de Venezuela pertenecen a la especie Pinctada imbricata, cuya talla rara vez sobrepasa una longitud de 7 centimetros. Se encuentra en fondos someros de aguas relativamente claras, sobre sustrato arenoso mas bien de grano relativamente grueso, con restos de corales muertos, conchilla y piedras en un intervalo de profundidad comprendido entre 5 y 30 m aproximadamente. El interior de las valvas es bellamente nacarado y el exterior pardo negruzco con franjas radiales de color pardo mas claro o tirando a rojizo; los juveniles (“flor”) presentan tonos amarillentos. La madreperla, igual que la mayoria de los moluscos bivalvos se alimenta filtrando el agua de mar y reteniendo los microorganismos, generalmente algas microscopicas, o materia orgánica particulada, que se encuentran en suspension en el agua. En Venezuela se distribuyen o son especialmente abundantes en toda el área comprendida entre la isla de Margarita y la peninsula de Araya, con zonas importantes de concentración (placeres, ostrales) alrededor de las islas de Cubagua y Coche donde existen los tipos de sustrato adecuados. Toda esta área de abundancia de la ostra esta afectada intensamente por un fenomeno oceanografico peculiar denominado de “surgencia costera”, consistente, en sintesis, en que aguas frias del fondo marino ascienden a la superficie transportando con ellas compuestos inorgánicos como nitratos, silicatos, fosfatos que sirven de fertilizantes de las aguas favoreciendo la produccion masiva de algas microscópicas, fitoplancton, y enriqueciendo las aguas de materia organica. La abundante disponibilidad de este tipo de alimento es lo que favorece la existencia de importantes poblaciones de animales filtradores, como las sardinas entre los peces y los mejillones, la pata de cabra y la conchaperla o madreperla entre los moluscos bivalvos. Los signos exteriores de la existencia de este fenomeno son las temperaturas relativamente bajas de las aguas y su elevada salinidad.

En las áreas mencionadas de abundancia de madreperla, la temperatura de las aguas a lo largo del año oscila entre 21 y 27 ºC aproximadamente, mientras que en las áreas oceánicas, típicamente tropicales como las que rodean al archipiélago de Los Roques, ese intervalo esta comprendido entre 24 y 30 ºC. Así pues, la región nororiental de Venezuela es un área especialmente privilegiada en la cual se dan las condiciones óptimas que crearon la riqueza perlífera, la cual a su vez, fue el factor que atrajo la atención y creó las circunstancias favorables para el establecimiento de la primera población hispánica en el territorio de la futura Venezuela.

El incontrolado manejo de estas poblaciones de madreperlas fue la causa de los continuos altibajos de la producción, y con ellos de la efímera vida de la Nueva Cádiz de Cubagua, de la emigración al Río de La Hacha, donde la abundancia de madreperlas se debe a la existencia de un fenómeno de surgencia costera similar al de la región nororiental de Venezuela, del retorno de los cubaguenses a Margarita cuando se descubrieron nuevos ostrales en la zona de Coche. Las vicisitudes posteriores solo afectaron directamente a la economía local de Margarita, donde la explotación de la perla siguió siendo una de sus principales actividades económicas hasta bien entrado el siglo XX, cuando las perlas cultivadas japonesas derrumbaron los precios de las margariteñas.

Foto: Alfredo Allais

Así pues, la explotación de las perlas en Venezuela constituye una singular historia, en la cual uno de sus aspectos mas interesantes es el de la relación del hombre con un recurso natural renovable.

Actualmente la concha perla cuya carne es de excelente calidad, se explota exclusivamente para el consumo humano, tanto en fresco como enlatada, sin embargo, es opinión de muchos biólogos marinos que los placeres de ostra perla, debido a su persistente explotación han sido invadidos y las madreperlas gradualmente desplazadas, por una especie mas resistente, la “pata de cabra” o pepitota, Arca zebra. Sin embargo, como en otros muchos aspectos de la naturaleza es muy difícil establecer un veredicto de validez absoluta.”