Praderas de Pastos Marinos. Ecosistema Amenazado

Praderas de Pastos Marinos. Ecosistema Amenazado

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Ensenada de Valle Seco, estado Anzoátegui. Foto: Juan Pedro Ruiz Allais

Las praderas de  pastos marinos ocupan solamente el 0,1 % del fondo oceánico, sin embargo, son uno de los ecosistemas costeros mas productivos y, desde el punto de vista ecológico, mas  importantes que existen (ver «Los Pastos Marinos y su Importancia Ecológica«). Se consideran un recurso oceánico invaluable actuando como indicador de cambios ambientales, proveyendo fuentes de alimentos, y creando un hábitat seguro para la vida marina. Son responsables del 11% del carbón orgánico enterrado en los océanos y secuestran alrededor de 3700 kilogramos de carbón  atmosférico por año (83 gr. de carbón por metro cuadrado al año), equivalente a las emisiones de CO2 producidas por  un automóvil viajando 6313 kilómetros, de esta manera ayudan a reducir considerablemente los gases de efecto invernadero.

A pesar de todos los beneficios que  proveen a los seres humanos, estos ecosistemas son uno de los menos valorados y mas impactados. Según Dennison (2009), la perdida neta global de pastos marinos, desde el año 1980, es equivalente a un campo de fútbol cada 30 minutos.

Las poblaciones costeras (aldeas de pescadores, instalaciones turísticas, residenciales etc.) muchas veces arrojan desperdicios sólidos  que cubren áreas considerables de estas praderas, disminuyendo el espacio vital disponible para las plantas, y en algunos casos, impidiendo el paso de la luz (ver foto). También es común observar bolsas plásticas en los rizomas de las plantas lo que impide el normal desarrollo de las partes subterráneas. Como indica Odum (1985), los contaminantes no degradables, o que se degradan muy lentamente, no solo se acumulan, reduciendo cada vez mas la productividad del ecosistema, sino que además resultan a menudo magnificados biológicamente a medida que circulan por los ciclos biogeoquímicos y a lo largo de las cadenas troficas. Además, se combinan con frecuencia con otras sustancias del medio para producir toxinas complementarias.

Otro aspecto importante a tomar en cuenta es el daño considerable causado por las anclas de las embarcaciones que atracan sobre los de pastos marinos. Estudios realizados en las islas Vírgenes por Williams (1988), indican que las anclas de los botes causan perdidas de mas del 18% al año de las praderas de Thalassia (especie mas común en el Caribe) destruyendo  la capacidad regenerativa de los rizomas y de las raíces además de  romper el proceso critico de remineralizacion de nutrientes en el sedimento. También Zieman (1976), afirma que a pesar de la alta productividad de estas plantas, cuando ocurren daños físicos en el sistema rizoma-raíz la recuperación es muy lenta, pudiendo tardar hasta cinco años (Ruiz 1995).

Referencias:
Dennison William C. 2009.  Coastal & Estuarine Research Federation Portland, OR. (http://ian.umces.edu/).
Ruiz JP. 1995. Biomasa y productividad foliar de Thalssia testudinum (Banks Ex Konig) en la bahía de Mochima, Edo. Sucre. Tesis de licenciatura. Departamento de Biología, Univ. de Oriente, Cumana, Edo Sucre, Venezuela.