NOTAS SOBRE EL CELACANTO (Latimeria chalumnae)
NOTAS SOBRE EL CELACANTO
La Junta Editorial del Instituto Oceanográfico de la Universidad de Oriente patrocina la publicación de estas notas, como un aporte al conocimiento de una de las piezas más importantes que exhibe el Museo Marino del instituto.
INTRODUCCION
Se sabe que muchos animales, como los gasterópodos (caracoles), existen desde hace millones de años y que otros menos afortunados, como los trilobites, no han tenido éxito y han desaparecido en épocas geológicas pasadas. En ambos casos se ha comprobado su existencia remota mediante el estudio de los fósiles, que son moldes originados al disolverse por las aguas las partes primitivamente existentes del animal, quedando la cavidad que muestra la forma original. A veces el original, o la cavidad dejada, se sustituye por partículas minerales, obteniéndose entonces un fósil petrificado.
Estos fósiles, pruebas fehacientes de la vida hace millones de años, permiten identificar la forma, anatomía, costumbres y detalles del animal.
Los minerales radiactivos de las rocas hacen posible determinar la edad de su formación porque, al emitir radiaciones, se transforman lentamente a una velocidad conocida por la ciencia. Por ejemplo, el uranio, al desintegrarse, se transforma en plomo de peso atómico 206, diferente al plomo ordinario que tiene peso atómico 207. Sabiendo que para desintegrarse el 1 por ciento del uranio, se requiere un tiempo de 66 millones de años, se hace un análisis de la roca asociada al fósil y se determina la proporción entre uranio y plomo 206, con cuyos datos se estima la antigüedad.
Al hacer uso de estos artificios de la ciencia, se ha podido conocer la anatomía de peces que existieron en épocas remotas, estimándose estas épocas con la imprecisión natural que caracteriza a las «fechas» paleontológicas.
UN HALLAZGO
El 22 de diciembre de 1938 el Sr. Goose, capitán de una pequeña embarcación de pesca, llamada «Nerine», que operaba al sur de África, hizo llamar a una muchacha: Margorie Courtenay-Latimer, a quien solía ayudar en la obtención de ejemplares marinos con fines de investigación, dándole inicio a una interesante historia que habla de «fósiles vivientes», antigüedades obnubilantes y nombres de islas exóticas de meridianos lejanos.
Dicen las crónicas que la muchacha acudió al llamado con gran interés para darle el saludo navideño a los integrantes de la tripulación, deseando posiblemente no tener que llevar especimenes para preservar en esa época del año tan comprometida, pero…, al pasar distraídamente la vista sobre los animales calados por la red de los pescadores, observo una aleta azul que le llamo la atención e hizo extraer aquel ejemplar que media unos 5 pies y tenia manchas plateadas iridiscentes sobre el azul malva de sus escamas ovoides.
Con la ayuda de su asistente: Enoch, un muchacho nativo de la región, llevo hasta el Museo lo que resulto ser un pez celacanto, Fig. 1, (del griego koilos, huecos y akanthos, espinas), es decir un pez perteneciente a un orden que se conocía solamente a través de fósiles y que se consideraba extinguido desde hace 70 millones de años; de cuyo orden se derivan todos los vertebrados terrestres. Agassizz, famoso paleontólogo suizo, había estudiado fósiles de celacanto y determinado en 1836 que poseía espinas y huesos huecos en su cuerpo.
Fig. 1. El Celacanto, Latimeria chalumnae (fotografía tomada de Millot, 1955)
EL BAUTIZO:
Después de vencer múltiples problemas de comunicación y transcurridos varios días, el Doctor J.L.B. SMITH de la Universidad de Rhodes, Grahamstown, África del Sur, pudo examinar el ejemplar y hacer la diagnosis taxonómica, clasificándolo con el nombre de Latimeria chalumnae, Familia Coelacanthidae, el nombre genérico en honor a la señorita Margorie Courtenay-Latimer y el nombre específico derivado del pequeño río Chalumna, cerca de cuya desembocadura se pesco el ejemplar. El Dr. Smith era químico pero tenia gran inclinación por la ictiología. El segundo ejemplar fue capturado en 1952, en Isla Comore Grande, por el señor Madi Youssouf Kaar.
OTROS HALLAZGOS:
Un tercer ejemplar fue capturado en 1952, gracias al incentivo de una oferta de recompensa, Fig. 2, circulada a lo largo de la costa oriental africana. Según datos publicados en el No.134 de Occ. Pap. Calif. Acad. Sci., en 1979 se habían pescado 88 ejemplares, la mayoría con anzuelos, todos ellos en el archipiélago Comores (Islas Anjouan y Comore Grande) entre Madagascar y el este de África, unos 20 grados de latitud hacia el norte de la desembocadura del río Chalumna, donde se pesco el primer ejemplar. Lamentablemente la convulsionada situación política de las islas Comores, desde su independencia del gobierno francés, ha conducido a la destrucción o perdida de los archivos contentivos de datos relativos a la pesca de celacantos, y solamente con la cooperación de los pescadores regionales y de las organizaciones pesqueras de Comore Grande se han obtenido muchos datos, algunos de los cuales se transcriben en estas notas.
El primer ejemplar vivo lo obtuvo en 1972 una expedición formada por la Sociedad Real Británica, el Museo Natural de Historia Natural de Francia y la Academia de Ciencias Naturales de los Estados Unidos. Otros dos ejemplares vivos fueron capturados en 1975 por la Academia de Ciencias de California. Los resultados obtenidos por el estudio de estos ejemplares se publicaron posteriormente en un volumen de Proceedings Ray Society y en un volumen de California Academy of Science titulado «The biology and physiology of the living Coelacanth».
Fig. 2. Facsímil de aviso circulado por la costa suroriental de África, estimulando la captura de celacantos.
«Examine cuidadosamente este pez. Observe la doble cola y las aletas. El único ejemplar que conoce la ciencia midió 5 pies (160 cm). Se han visto otros ejemplares. Si usted tiene la suerte de capturar alguno, NO LO CORTE, NI LO LIMPIE. Llévelo completo a un frigorífico o a alguna Institución oficial que pueda cuidarlo. Solicite inmediatamente que avisen por telegrama al Profesor J.L.B. Smith de la Universidad de Rhodes en Grahamstown, Unión Sur-África. Por los 2 primeros ejemplares, se pagaron 100 libras (10.000 escudos) por cada uno, garantizadas por la Universidad de Rhodes y por el Consejo para la Ciencia y la Investigación de África de Sur. Si usted consigue mas de 2 ejemplares, consérvelos todos, porque tienen interés para la ciencia y usted sera bien retribuido».
UN EJEMPLAR EN CUMANA:
Uno de los celacantos pescados en islas Comores se encuentra actualmente en el Museo del Instituto Oceanográfico de la Universidad de Oriente de Cumana. Fue trasladado desde el Océano Indico (Fig. 3) en noviembre de 1977, gracias a la diligencia demostrada por dos amigos de la Institución, Dr. Bruno Baldassini Marchessi y Dr. Luis Delfín Ponce Ducharne. El ejemplar, de unos 150 cm de longitud fue rehidratado y preparado para su exposición por el señor Pablo Figueroa, taxidermista del I.O.-U.D.O.
DONDE VIVE?
La mayoría de los ejemplares se ha capturado a profundidades comprendidas entre 100 y 300 metros, en sitios donde los nativos acostumbran pescar el pez aceitoso Ruvenlus pretiosus, con el cual preparan una «salve» (ungüento) para contrarrestar la malaria. Después de haberse conocido la existencia de Latimeria, se supo que el pez hablase pescado anteriormente, habiendo pasado desapercibido el hecho para la ciencia, lo cual era de esperarse:!un pez desconocido para la ciencia, pero conocido desde mucho tiempo atrás por pescadores nativos!. Los nativos de Islas Comores lo llamaban «kombessa», lo comían seco o salado y usaban las escamas para reparar llantas de bicicleta. Un hecho llama la atención: un modelo de plata de un celacanto que se supone hecho un siglo antes del descubrimiento de 1938, est· en poder del Dr. Ladislao Reti (Argentina) quien lo compro a un clérigo de Bilbao (España), lo que induce a pensar que el modelo se hizo basándose en un fósil o que el pez se conocía en la costa Atlántica del Norte de España. El área de pesca es una zona de gran actividad volcánica, donde los submarinistas han detectado numerosos acuíferos a profundidades de 30-70 metros. Se piensa que otros acuíferos fluyen en estratos mas profundos de 150-200 m, donde se pescan los celacantos en la vecindad de la termoclina, a temperaturas comprendidas entre 15 y 26 grados centígrados. Se pesca solamente en el lado oeste del Archipiélago, en la parte habitada de las islas Anjouan y Comore Grande, pero no en las islas Moheli y Mayotte que también pertenecen al Archipiélago.
Transcurridas cuatro décadas de su nacimiento científico, surgirian entonces dos aspectos a considerar: la clandestinidad de su pesca, como factor de su sobrevivencia y la fama de su hallazgo científico, como sentencia de su desaparición. Si sus dominios se limitan al area del Archipiélago Comores, øno debe pensarse que éste constituye un reducto, antes que un territorio de dominio? øserÌa aconsejable y factible una disciplina de conservación de la especie? Elena Vera (1980), en su poema Oikos dedicado al celacanto, le dice:
«Te descubrirán
y
te extinguirás
lo sabes
No veras el Apocalipsis
tu»
Aunque sus fósiles se han encontrado en muchas partes del mundo, especialmente en Inglaterra, Escocia, Europa y Norteamérica, los ejemplares capturados después de 1938 parecen estar restringidos a las aguas situadas entre Madagascar y la costa Suroriental de África, considerándose que el ejemplar pescado en río Chalumna representaba un individuo errante.
SUS CARACTERISTICAS:
Cuanto se ha logrado adelantar en el conocimiento de este pez paleozoico? El hecho de haberse pescado con anzuelos la mayoría de los adultos y el resultado de los estudios hechos en el contenido estomacal, demuestran que ingieren pececillos enteros de la familia Lutjanidae, asì como peces linterna y calamares. Los especimenes jóvenes también son carnívoros, segun se deduce del hecho de haberse pescado con anzuelo y carnada un ejemplar juvenil de 42.5 cm que pesa 800 gramos. Los anzuelos usados son de 70 mm de largo y 25 mm de abertura. Entre la línea y el anzuelo se coloca una cuerda con una piedra que sirve de plomada; cuando toca fondo, se tira fuerte, la piedra se desprende y la carnada queda a la deriva en la pendiente basáltica de estas islas volcánicas. Los celacantos son ovovíparos; una hembra de 163 cm contenía 20 huevos parecidos a bolas de béisbol (8.5-9.0 cm de diámetro), que pesaban entre 300 y 400 gramos cada uno. Son los huevos de peces mas grandes conocidos, mas grandes inclusive que los de Rata batís que tienen 7 cm de diámetro. El tiempo de incubación se ha calculado en 13 meses y se sabe que pueden durar once años, según determinaciones hechas en una hembra de 180 centímetros. Se han encontrado embriones de 30 cm en el oviducto derecho (el izquierdo no se desarrolla en Latimeria). Se piensa que los huevos se fertilizan internamente y se desarrollan en el oviducto usando la yema, sin nutrirse de la circulación materna, fenómeno este que ocurre en muchos elasmobranquios. Su vejiga gaseosa tiene paredes calcificadas y no es funcional, pero contiene lípidos que se supone ayudan a la flotabilidad.
UBICACION TAXONOMICA:
Los peces crosopterigios, como el celacanto, peces con aletas lobuladas o pedunculadas que se consideran precursoras de las extremidades que caracterizan a los vertebrados mas evolucionados, aparecieron hace unos 400 millones de años, cuando se iniciaba el poblamiento de los continentes por los primeros animales. Uno de los problemas mayores para aclarar los procesos evolutivos ha consistido siempre en encontrar eslabones anatómicos que permitan establecer una relación evolutiva entre los peces y sus descendientes que invadieron los continentes a finales del periodo Devónico. Siendo que en los peces actuales las aletas nacen directamente del cuerpo, los biólogos han buscado la respuesta en peces de la antigüedad, como el celacanto. En estos peces crosopterigios, las aletas nacen de un pedúnculo con escamas que se proyecta fuera del cuerpo, considerándose asì que los crosopterigios constituyen el grupo que dio origen a los anfibios y a los vertebrados terrestres y aéreos.
Sin embargo, la posición taxonómica mas aceptada, que coloca a los celacantos como parientes cercanos del orden Rhipidistia (Osteichthyes) y como precursores de los tetrápodos (anfibios) por tener esqueleto óseo y aletas lobuladas, esta siendo revisada y se considera (Lagios, 1979) que representan mas bien un grupo hermano de los Chondricthyes, en cuyo caso se tendría en el celacanto un pez paleozoico parecido al tiburón por ciertas analogías que no tienen que ver con su apariencia externa, sino con la forma del páncreas, la glándula pituitaria, la presencia de una glándula rectal, la excreción de calcio y retención de urea.
Otros autores (Compagno, 1979) difieren de ambas teorías sugieren que el estudio de las partes blandas refleja concordancia con los primitivos gnatóstomos.
INTERROGANTES SOBRE SU ANATOMIA:
Los peces resisten la presión osmótica forzando la salida de líquidos para aumentar la concentración de sales interna, ya que la sangre tiene una concentración inferior a la del agua de mar. En el celacanto, tiburones y rayas, la resistencia a la presión y retención es única; se produce mediante la generación de úrea, un producto final del metabolismo proteico.
El cerebro minúsculo de Latimeria (1.1 a 1.5 g en ejemplares de 30 kilogramos), no tiene similitud con el de los anfibios, pero el examen de la capa externa de los dientes revela la presencia de un «esmalte» del tipo encontrado en anfibios, reptiles y mamíferos y no se observa el «esmalteloide» que cubre los dientes de otros peces. La discusión científica en torno a la ubicación taxonómica de Latimeria continua, pero entre la mayoría de los paleo-ictiólogos se acepta que el pez es un Crosopterigio que se ha mantenido a través de 400 millones de años, conservando la misma forma y estructura interna, hecho Este que constituye uno de los mayores misterios de la evolución. Ciertos organismos sufren cambios extraordinarios en su proceso evolutivo, pero otros, como el celacanto, retienen su identidad a través de las edades. Sus hermanos, los ripidistios, desaparecieron a finales del periodo Devónico. Los celacantos son 200 millones de años mas viejos que los desaparecidos dinosaurios, y todavía existen.
Para apreciar mejor la edad de este pez en los océanos debe ponderarse el hecho de que cuando se hizo presente, los otros únicos vertebrados en el mundo eran algunos peces extraños ya extinguidos y que cuando alcanza su apogeo en su proceso «evolutivo», no habían señales de reptiles, anfibios, mamíferos o pájaros en la faz de la tierra. Hace 220 millones de años eran los mas abundantes en todos los océanos, de aquí que se hubieran encontrado tantos fósiles.
En el embrión de los vertebrados, la pituitaria se desarrolla de dos bulbos separados, uno de Ellos de origen nervioso, del cerebro, y otro del tejido digestivo, de la faringe; pero posteriormente la unión con el sistema digestivo se pierde, cosa que no sucede en el celacanto, donde la pituitaria queda unida al paladar por un tubo largo bien dotado de irrigación sanguínea y productor de hormonas. Tiene un intestino parecido al de los tiburones. Por otro lado, el cerebro del celacanto, extremadamente simple y pequeño en relación con su talla, representa otro carácter demostrativo de su antiguo origen.
Muchos lectores se preguntaran Por que no se trata de mantener vivos algunos ejemplares para estudiarlos mejor? El intento se ha hecho, pero aparentemente sin éxito, debido a las dificultades en el traslado de los ejemplares recién capturados. El aumento de la temperatura y la baja de presión que sufren al subirlos a la superficie, además del maltrato ocasionado por el anzuelo (ya que no se capturan con redes) constituyen los factores a vencer.
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REFERENCIA:
Urosa L. 1984. Notas sobre el Celacanto. Universidad de Oriente. Instituto Oceanográfico. 2da. Edición 1984. Deposito legal If 84 – 3524. Cumana, edo. Sucre, Venezuela.